entrada de diario
- michellespino0
- Mar 27
- 4 min read
Updated: Sep 29
Desde niña he tenido la costumbre de escribir diarios. El primero fue uno de Barbie que me regalaron cuando salí del kinder (el que tenía candadito y todo). Durante mi adolescencia seguí llenando libretas sobre mi vida en ese momento, algunas las conservo y otras tuve que deshacerme de ellas. En mi vida adulta perdí el hábito… hasta que a los 22 decidí retomarlo. Desde entonces me comprometí a escribir una libreta por cada año de mis veintes. Ahí están ahora, en mi librero, acumulándose y atestiguando todo lo bonito y no tan chido que ha pasado a lo largo de los años.
Pensé que tal vez escribir una entrada específicamente para publicarla me serviría como una presentación de mí misma, pero la neta siento que esto es más como algo terapéutico para mí, y para definir algunas cosas que taaaaaal vez aún tengo pendientes, si siento la presión de ojos en mi espalda chance y agarro el pedo más rápido.
Creo que es preciso iniciar por la razón por la que estoy aquí hablándole una pared digital, tal vez me hizo falta un blog mamón en tumblr o quizás es solo un vistazo inocente a mi ego. Lo más acertado es que todo esto surge de mi propia creencia de que es necesario documentar tu existencia, y por mucho tiempo lo hice de manera privada, según yo porque era mi preferencia, hasta que me di cuenta que chance yo solita me estaba poniendo el pie.
En estos últimos años me he dedicado a encontrar las cosas que me hacen feliz, he hecho mucho trabajo interno y mientras que la mayoría han sido revelaciones positivas, entre ellas estuvo una muy dolorosa y la que más me fue difícil de aceptar que fue que había vivido de manera poco sincera a la persona que soy, además de estar conforme con ignorar la persona que siempre supe que debía ser... al menos eso sentía hasta hace poco.
Hasta hace no mucho me di cuenta de que he vivido guardando demasiado de mí misma por miedo: miedo a equivocarme, miedo a no ser suficiente, miedo a ser juzgada, miedo a simplemente ser percibida. Francamente es tan sencillo y tan tonto que me da coraje haberme traicionado de esa manera.
Darme cuenta de cómo vivía tan limitada por un miedo tan grande como absurdo estuvo cagado, hasta eso, porque la promesa más especial e importante que me hice a mí misma cuando era niña es que siempre, y antes que cualquier cosa, voy a ser libre. Y lo he cumplido. De hecho, es la condición que lleva la vida y las decisiones que he tomado, pero es un poquito más difícil ver las celdas emocionales que te impone tu cabeza conforme vas creciendo y la vida te sucede. Es una opresión que puede ser muy silenciosa. He aprendido sobre la marcha que ser libre significa mucho más que solamente hacer lo que quieras cuando quieras.
Siento que por lo mismo he ido dejado muchas partes de mí regadas por el mundo. En algún momento sentía que caminaba como si tuviera un hueco en el pecho a partir de ciertos puntos de mi vida, a veces sentía que los demás me percibían como si esto último fuera literal. No quiero que suene de mala manera, no todo es malo. Algunos de esos trocitos regados de mi corazón se quedaron en manos muy especiales y en momentos que siempre voy a atesorar.
Lo más curioso de todo el desmadre que me cargaba y todas las dudas existenciales que me han surgido es que desde niña estoy segura de quién soy. Siempre he estado consciente de que, desde que tengo uso de razón, nunca he estado quieta (tanto de manera literal como de manera emocional y mental). Soy creativa y tengo más sueños que un narcoléptico, me van a hacer falta 10 vidas más para poder ser astronauta, hacer música, hacer al menos una película o un corto con mis amigos, hablar 10 idiomas, conocer todo el mundo... Bueno, mejor dejo la lista hasta ahí. Creo que el punto se entiende. Soy una persona muy inquieta lol, mi mejor amiga justamente me ha descrito así. Aunque entre tantos planes, tengo que admitir que hay una pregunta muy incómoda que me he visto obligada a hacerme a lo largo de mis veintitantos: ¿qué tantos de mis sueños son míos y qué tantos nacen por enojo y miedo, o simplemente por quererme desquitar por el tiempo perdido?
Francamente, eso es algo que estoy definiendo más rápido de lo que pensaba. Lo que difiere con mi yo del pasado (hablando de hace 6 meses) es que ahora ya no pienso esperarme a ser perfecta para hacer y compartir las cosas que me hacen feliz. Estoy MUY incómoda a veces saliendo de mi zona de confort, pero es una incomodidad que sé que va a valer la pena a la larga. Ya no me quiero quedar callada.
En poco tiempo, siento que he aprendido muchísimo sobre mí misma. Me he dado cuenta de que una de mi motor es la conexión humana, y es la semillita de todo lo que hago y todo lo que me hace feliz.
Hoy, ahorita que estoy escribiendo esto, me siento como la persona más suertuda del mundo, porque ahora puedo ver que todo lo que ha pasado fue necesario para llevarme a un punto de quiebre que solamente se ha traducido como hambre por explorar qué tanto puedo crear. Tengo algunos nombres en mente que cambiaron mi perspectiva de las cosas, personas que no hubiera conocido si las cosas no hubieran caído solitas en su lugar.
Así que, mientras no estoy segura si nací para ser astronauta (ahí sí no tengo mucho control, la NASA pide que tengas como mil maestrías y saber ruso, no mames), sé perfectamente que sí nací para crear y conectar con quienes esté destinada a conocer. Voy a ver qué tan lejos puedo llegar, y todo por amor y un chingo de coraje atorado, no creo que sea tan mal motor, la neta.

-Marzo 2025



